SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN
Es una celebración mediante la cual pedimos perdón de todas las ofensas hechas a Dios y a los demás para recibir el perdón de los pecados.
Es ante todo una virtud interior, actitud de lucha contra el pecado, voluntad de conversión cuando nos hemos cerrado a Dios y participar en el misterio de la muerte de Cristo para poder vivir la vida nueva con la ayuda del Espíritu Santo.
El Señor da a los Apóstoles la autoridad de perdonar, es decir, reconciliar a los pecadores con la Iglesia. Cristo dice a Simón Pedro: “A ti te daré las llaves del Reino de los cielos. Lo que ates en la tierra, será atado en el cielo y lo que desates en la tierra, será desatado en el cielo”, MT16, 19. Todos los Apóstoles (obispos y sacerdotes) unidos a su cabeza, el Papa, recibieron el poder de atar y desatar dado a Pedro.
Para que el sacramento de la reconciliación surta sus efectos es necesario que se haga una buena preparación.
¿CÓMO HACER UNA BUENA CONFESIÓN?
HACER EL EXAMEN DE CONCIENCIA: Reconocer todos los pecados cometidos, de pensamiento, palabra, obra y omisión, LC 15,1-19
CONTRICIÓN DE CORAZÓN: Luego de inventariar la conciencia, expresar a Dios nuestro arrepentimiento por tanta maldad, sentir dolor. Salmo 51,19 y LC 22,61.
PROPÓSITO DE ENMIENDA: Es la firme decisión personal con la cual, suplicando la ayuda de Dios, nos comprometemos a no reincidir en los pecados cometidos sacerdote y esforzarse al máximo por no volver a pecar. MT 7,21
CONFESIÓN DE BOCA: Decir con sinceridad los pecados al ministro consagrado (al sacerdote), LC 15,21; 1JN 1,9 Y MT 16,18; 18,18.
SATISFACCIÓN DE OBRA: Cumplir la penitencia que le asigne el sacerdote. (Cambiar de verdad) MT 7,21.
Hay que tener en cuenta que sólo con la oración, la lectura de la Santa Biblia y los Sacramentos, especialmente la Eucaristía se puede evitar el pecado y vencer el demonio. La confesión es ante el sacerdote como lo manda la Biblia, no ante cualquier hermano o ante nosotros mismos como dicen los protestantes pues nadie es juez de si mismo.
EFECTOS O GRACIAS
Dios no quiere la muerte del pecador sino que cambie de conducta y viva, dejen, dejen el camino que han tomado, ¿para qué morir?” (Ezequiel 33,11)
GUIA PARA UNA BUENA CONFESIÓN
1. Hacer un examen de conciencia
Esfuerzo sincero en recordar todos y cada uno de los pecados.
2. Dolor de los pecados
Reconocer que se ha ofendido a Dios que nos ama tanto.
3. Hacer el propósito de no volver a pecar
La simple y sincera determinación de no volver a pecar por amor a Dios.
4. Decir los pecados al Sacerdote
De una manera concisa, concreta, clara y completa.
5. Cumplir la penitencia
Cumplirla cuanto antes con humildad y dolor en desagravio, reparación y satisfacción de la culpa contraída al ofender a Dios.
Teniendo presente que es Jesús quien por medio del
Sacerdote nos perdona.
GUÍA PARA UN EXAMEN DE CONCIENCIA
Nos dice Jesús:
“Di a las almas que es en el tribunal de la misericordia donde han de buscar consuelo; (el Sacramento de la Confesión) ahí tienen lugar los milagros más grandes y se repiten incesacentemente.
Para obtener este milagro no hay que hacer una peregrinación lejana ni celebrar algunos ritos exteriores, sino que basta acercarse con fe a los pies de Mi representante y confesarle con fe su miseria y el milagro de la Misericordia de Dios se manifestará en toda su plenitud. Aunque un alma fuera como un cadáver descomponiéndose de tal manera que desde el punto de vista humano no existiera esperanza alguna de restauración y todo estuviese ya perdido.
No es así para Dios. El milagro de la Divina Misericordia restaura a esa alma en toda su plenitud. Oh infelices que no disfrutan de este milagro de la Divina Misericordia; lo pedirán en vano cuando sea demasiado tarde.” (1448 Diario de Santa Faustina Kowalska)
Nuestro Señor Jesucristo Rey de Misericordia
Jesús, yo confío en Ti.
Dice Jesús:
“...Que no tema acercarse a Mí el alma débil, pecadora y aunque tuviera mas pecados que granos de arena hay en la tierra, todo se hundirá en el abismo de mi Misericordia”(758)
“Jamás rechazaré un corazón arrepentido, la miseria del pecador se ha hundido en el abismo de Mi misericordia” (1485)
“Queridísimos hermanos, tened la valentía de alcanzar la Gracia de Dios por la Confesión Sacramental, ¡Esto os hará libres!”
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, me pesa de todo corazón haber pecado, porque he merecido el infierno y perdido el Cielo; pero sobre todo porque te ofendí a Ti, que eres bondad infinita, a quien amo sobre todas las cosas. Propongo firmemente, con tu gracia, enmendarme y evitar las ocasiones de volver a pecar, confesarme y cumplir la penitencia. Confío en que me perdonarás por tu infinita misericordia y me llevaras al cielo porque eres bueno.
Amén.