Formamos una Institución que se integra y vive como una sola y gran familia, en la que niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, libremente nos comprometemos de manera permanente y en colaboración con nuestros pastores para trabajar por el fin general de la Iglesia.
No tenemos por delante un solo ámbito para evangelizar, sino el vasto campo en el cual se mueve la Iglesia en nuestro país, para que el anuncio del Evangelio sea conocido y acogido en todos los lugares y por todos los hombres. Tenemos que crear expresiones y métodos nuevos para la evangelización de siempre.
La Acción Católica nos propone un camino que quiere ser para toda la vida. Nos formamos para desarrollarnos integralmente como personas y como testigos de la fe.
Nos promueve como líderes para servir a la Iglesia y al mundo. Nos vuelve sensibles a las necesidades de los hombres y atentos a la voz de Dios, para vivir sirviendo como profetas de nuestro tiempo.
Nos empeñamos en vivir con mayor profundidad la comunión y participación eclesial.
Aprendemos a cooperar fraternalmente con las otras formas de apostolado, en un esfuerzo de pastoral orgánica, para juntos, construir la civilización del amor.